La congestión en la autopista Caracas-La Guaira hacía suponer la gran cantidad de temporadistas que se dirigieron a Vargas a disfrutar del largo asueto de este 5 de julio.
Sin embargo cualquier cálculo resultó corto. En los balnearios y hasta en costas no autorizadas, cualquier espacio fue bueno para cumplir una cita con el sol y el mar litoralense.
La masiva visita trajo consigo el colapso de los servicios de transporte público y agua en algunas zonas, así como playas a reventar y trabajadores playeros complacidos. Los que llegaron a la costa después de mediodía no consiguieron ni toldos, ni sillas disponibles.
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